Sin tranvía para el inicio del curso en la Universidad
El Consell lleva retraso en adjudicar la línea 2 cuando transcurren cinco meses de las pruebas oficiales
Las obras concluyeron en febrero y en marzo se procedió a la inauguración oficial pero cinco meses después nada se sabe de cuándo comenzará a funcionar la línea 2 del tranvía. Lo que ya es seguro es que el próximo curso académico de la Universidad, que empezará en septiembre, seguirá sin tranvía con lo que miles de estudiantes deberán recurrir a otro transporte.
Primero se dijo que entraría en servicio antes del verano, luego en Hogueras, después que sería en septiembre, pero a estas alturas nada se sabe porque ni la Conselleria de Infraestructuras ni Ferrocarriles de la Generalitat informan al respecto.
Una de las causas de esta situación es el inexplicable retraso en la adjudicación de la explotación de la línea. Hace ya cinco meses que concluyó el concurso público y desde entonces se sabe que sólo una oferta aspira a la adjudicación. Se trata de la unión temporal de empresas integrada por Subús, del grupo Vectalia, y Vossloh, firma fabricante de trenes y tranvías.
Al ser la única oferta se daba por hecho que sería la adjudicataria, pero por razones que no se han explicado, todavía no se sabe nada al respecto. Lo cierto es, que un proyecto como la línea 2, que ha costado más de cien millones de euros y más de cuatro años de trabajos, no sólo sigue sin entrar ne servicio sino que casi medio año después ni se sabe cuando se podrá en marcha.
Fuentes consultadas señalaron al respecto que tras la adjudicación se precisa un mínimo de dos meses y medio para preparar al personal y realizar las pruebas previas, por lo que subrayan que, en el mejor de los casos, podría entrar en servicio en octubre, aunque se inclinan por posponerlo a fin de año, aunque tampoco aseguran nada.
Por otra parte, la Conselleria de Infraestructuras deberá encontrar otra fórmula económica para conseguir los fondos con los que finalizar el desarrollo de la red tranviaria hacia el aeropuerto tras quedar desierto el concurso público para privatizar la gestión y el mantenimiento de las tres estaciones emblemáticas del TRAM -Luceros, Mercado y Marq-; de los tramos comunes subterráneos que conectan las tres estaciones y del aparcamiento subterráneo de la avenida de Estación, que lleva un año terminado y sin poder utilizarse. La adjudicación de este concurso era clave para que el Consell obtuviera una inyección de 150 millones de euros con los que seguir planificando proyectos del tranvía y, además, porque la empresa que se quede con el proyecto debe construir la estación del tranvía en la futura estación intermodal del AVE.
Dieciséis meses han pasado ya desde que el exconseller de Infraestructuras Mario Flores anunciara la intención del Consell de dejar en manos de la iniciativa privada la gestión y la explotación de las estaciones emblemáticas de la red tranviaria (Marq, Mercado, Luceros y futura intermodal) durante cuarenta años. Decisión que junto a la privatización de la gestión de la L-2 entre Alicante y San Vicente proporcionaría unos ingresos cercanos a los 350 millones de euros que el Consell utilizaría directamente para culminar la extensión del tranvía al aeropuerto y Benidorm.
En cuanto a la explotación de las estaciones, el adjudicatario las iba a gestionar durante 40 años para lo que deberá hacer un desembolso inicial de 150 millones. Cantidad con la que el Consell pensaba recuperar la inversión realizada en la construcción de las paradas del Marq, Luceros y Mercado, y en la que también se incluyó el coste de la estación que estará en el futuro complejo intermodal donde llegará el AVE. Esta empresa recibiría 4 millones de euros al año de la explotadora de la línea a la Universidad y otros canon que no se ha fijado de FGV por la utilización de las estaciones por los tranvías de la Linea 1 (Alicante-Benidorm y bucle de San Juan). De entrada, la empresa que se ha cargo de este contrato tendría que aportar unos 150 millones de euros.
La Conselleria de Infraestructuras achacó ayer que el concurso haya quedado desierto en este caso a las dificultades de financiación que sufren las empresas y la incertidumbre sobre la futura estación intermodal del AVE en Alicante.
Una de las causas de esta situación es el inexplicable retraso en la adjudicación de la explotación de la línea. Hace ya cinco meses que concluyó el concurso público y desde entonces se sabe que sólo una oferta aspira a la adjudicación. Se trata de la unión temporal de empresas integrada por Subús, del grupo Vectalia, y Vossloh, firma fabricante de trenes y tranvías.
Al ser la única oferta se daba por hecho que sería la adjudicataria, pero por razones que no se han explicado, todavía no se sabe nada al respecto. Lo cierto es, que un proyecto como la línea 2, que ha costado más de cien millones de euros y más de cuatro años de trabajos, no sólo sigue sin entrar ne servicio sino que casi medio año después ni se sabe cuando se podrá en marcha.
Fuentes consultadas señalaron al respecto que tras la adjudicación se precisa un mínimo de dos meses y medio para preparar al personal y realizar las pruebas previas, por lo que subrayan que, en el mejor de los casos, podría entrar en servicio en octubre, aunque se inclinan por posponerlo a fin de año, aunque tampoco aseguran nada.
Por otra parte, la Conselleria de Infraestructuras deberá encontrar otra fórmula económica para conseguir los fondos con los que finalizar el desarrollo de la red tranviaria hacia el aeropuerto tras quedar desierto el concurso público para privatizar la gestión y el mantenimiento de las tres estaciones emblemáticas del TRAM -Luceros, Mercado y Marq-; de los tramos comunes subterráneos que conectan las tres estaciones y del aparcamiento subterráneo de la avenida de Estación, que lleva un año terminado y sin poder utilizarse. La adjudicación de este concurso era clave para que el Consell obtuviera una inyección de 150 millones de euros con los que seguir planificando proyectos del tranvía y, además, porque la empresa que se quede con el proyecto debe construir la estación del tranvía en la futura estación intermodal del AVE.
Dieciséis meses han pasado ya desde que el exconseller de Infraestructuras Mario Flores anunciara la intención del Consell de dejar en manos de la iniciativa privada la gestión y la explotación de las estaciones emblemáticas de la red tranviaria (Marq, Mercado, Luceros y futura intermodal) durante cuarenta años. Decisión que junto a la privatización de la gestión de la L-2 entre Alicante y San Vicente proporcionaría unos ingresos cercanos a los 350 millones de euros que el Consell utilizaría directamente para culminar la extensión del tranvía al aeropuerto y Benidorm.
En cuanto a la explotación de las estaciones, el adjudicatario las iba a gestionar durante 40 años para lo que deberá hacer un desembolso inicial de 150 millones. Cantidad con la que el Consell pensaba recuperar la inversión realizada en la construcción de las paradas del Marq, Luceros y Mercado, y en la que también se incluyó el coste de la estación que estará en el futuro complejo intermodal donde llegará el AVE. Esta empresa recibiría 4 millones de euros al año de la explotadora de la línea a la Universidad y otros canon que no se ha fijado de FGV por la utilización de las estaciones por los tranvías de la Linea 1 (Alicante-Benidorm y bucle de San Juan). De entrada, la empresa que se ha cargo de este contrato tendría que aportar unos 150 millones de euros.
La Conselleria de Infraestructuras achacó ayer que el concurso haya quedado desierto en este caso a las dificultades de financiación que sufren las empresas y la incertidumbre sobre la futura estación intermodal del AVE en Alicante.